Desde tiempos remotos ha sido utilizado como el camino a la unidad del ser.
Tiene su origen en la India desde donde se propagó por distintas culturas de oriente, América y Australia, principalmente.
En la cultura occidental, fue Carl G. Jung, quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad en los seres humanos.
Jung solía interpretar sus sueños dibujando un Mandala diariamente.
Mediante esta práctica descubrió la relación que éstos tenían con su centro y a partir de allí elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana.
Según él, el Mandala, representa la totalidad de la mente, abarcando tanto lo consciente como lo inconsciente.
El Mandala se encuentra presente en todo ser vivo, por pequeño que sea .
Si observamos, la misma célula es un Mandala. Se compone de periferias, o diversidades, conectadas a un núcleo, o centro, que al dividirse origina nuevas células, siendo el mas claro ejemplo de que "de la unidad nace la multiplicidad". Todo es circular, todo es "mandálico"
Mandala es concentración, meditación y sanación.
Es experiencia, encuentro y conocimiento.
Es movimiento y equilibrio.
Interactuar con ellos te ayuda a curar la fragmentación psíquica y espiritual, a manifestar tu creatividad y a reconectarte con tu ser interior.
Es como comenzar un viaje hacia tu propia esencia, donde se encuentra el centro, el conocimiento y la paz. Abren caminos hasta ahora desconocidos y hacen que brote la sabiduría interior.
Integrarlos a tu vida te dará centro, y la sensación de calma en medio de las tormentas.